El pasado miércoles, nuestro alumnado de cuarto de la ESO, coincidiendo con el desarrollo de la unidad correspondiente al nivel de organización celular, se ha dirigido al laboratorio del centro dispuesto a visualizar las células presentes en su sangre.
Ha sido una práctica muy divertida, asombrosa, y en la que se han desarrollado varias destrezas y habilidades, no solo en el uso del microscopio, sino también, en la preparación de muestras, con procedimientos como la realización de frotis sanguíneos, o la fijación y la coloración de muestras por contraste.
Colocados por parejas nuestros alumnos y alumnas, la práctica comenzaba con la limpieza y desinfección del dedo en el que se iban a pinchar, para, a continuación, hacerlo con una lanceta estéril. Una vez tenían dispuesta una gota de sangre sobre el portaobjetos, con la ayuda de otro, debían extenderla de la manera más delgada y uniforme posible. Quizás, este paso sea el más delicado de la práctica, puesto que de esta acción dependerá la calidad de la visualización posterior al microscopio.
Hecho el frotis sanguíneo y tras el secado, pasarían a sumergir en tres soluciones distintas. Una primera rica en Etanol, que fijará la muestra al portaobjetos, una segunda rica en Eosina, que interactuará con las partes ácidas de la célula tiñéndolas de rosa, y una tercera rica en Tiazina, que interactuará con las partes básicas de la célula tiñéndolas de violeta.
Finalmente, han podido observar las diferentes muestras de sangre en el microscopio. En ellas, no sólo han percibido la forma de los glóbulos rojos y la abundancia en la que se encuentran, sino también, gracias al objetivo de aceite de inmersión, han podido ver y clasificar los distintos tipos de glóbulos blancos que existen, según el tipo de respuesta defensiva que representan.
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